martes, 18 de septiembre de 2007

17 de septiembre dia del profesor

En todos los países se eligen algunos días para rendir homenaje a los docentes. Cada país tiene sus fechas y en la República Argentina se dan de la siguiente forma: Día del Maestro: 11 de septiembre, aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento y Día del Profesor: 17 de septiembre, aniversario del fallecimiento de José Manuel Estrada. Más allá de polemizar sobre las figuras elegidas, dato para nada anecdótico, prefiero referirme a la tarea del profesor en sí... Jose Manuel Estrada además de abocado profesor, historiador puntilloso y católico combativo, Estrada fue escritor, periodista y político, todo lo cual lo transformó en uno de los más fieles exponentes del pensamiento argentino en los inicios de la modernidad de nuestra Nación. Esto lo podemos relacionar con la tarea del profesor de hoy. Un profesional docente que esta sujeto a mas demandas y de mayor complejidad que en otras épocas históricas, demandas que, a menudo, son contradictorias entre si, que cambian con rapidez y que suelen configurar una imagen de incertidumbre y un incremento de los riesgos en la toma de decisiones. Esto me trae varias preguntas como ¿Cuál es el sentido de la escuela, que papel ha de jugar respecto a la sociedad? ¿Qué conocimiento es importante? ¿cómo incorporar los problemas sociales relevantes? ¿seguimos siendo profesores o vamos a convertirnos en entrenadores de adolescentes?
Lo cierto es que enseñar, hoy día, significa motivar e involucrar a los estudiantes en un proceso de construcción y reconstrucción de sus propios conocimientos, habilidades, actitudes, afectos, formas de comportamiento y valores. Es hacer que vivan y sientan que la ciencia es una actividad humana y no un conjunto de conocimientos que deben aprender de memoria. La mayoría de las corrientes pedagógicas contemporáneas abogan por un cambio conceptual en la educación, que generalmente se concibe que consiste en mover el centro de atención de la enseñanza al aprendizaje, en reconceptualizar la actividad de estudio del alumno, considerando que el profesor debe actuar como orientador, facilitador o mediador del aprendizaje del estudiante. En mi opinión, el cambio conceptual en la educación requiere necesariamente de una nueva concepción de la enseñanza, ya que el papel del profesor en el proceso de enseñanza aprendizaje es indispensable y fundamental.
El profesor, el sujeto que enseña, tiene a su cargo la dirección del proceso de enseñanza aprendizaje, en tanto debe planificar, organizar, regular, controlar y corregir el aprendizaje del alumno y su propia actividad (Tristá, 1985; Reyes, 1999). El profesor debe estar en constante interacción y comunicación con sus alumnos, con sus colegas y con el resto de la comunidad de la institución donde trabaja. Se debe concebir como una personalidad integra, relacionada con el contexto social en que se desempeña como tal.
Lo que diferencia al proceso de enseñanza aprendizaje de otros procesos, su peculiaridad, es que lo que se transforma no es un objeto material inanimado, sino un ser humano, una persona que se modifica a sí misma con la ayuda de otras personas más capaces, especialmente con la guía, orientación y mediación del profesor. Es por ello que el objeto de la actividad del profesor no es exactamente el alumno, sino la dirección de su aprendizaje; pero para que dicha dirección sea eficiente, el profesor debe concebir al alumno como una personalidad plena que con su ayuda construye y reconstruye sus conocimientos, habilidades, hábitos, afectos, actitudes, formas de comportamiento y sus valores, en constante interacción con el medio socio cultural donde se desenvuelve (González, 1996).
Los motivos que mueven al profesor a desarrollar su actividad pueden ser de diversa índole y son también de extraordinaria importancia. Cuando el profesor ama la labor que desempeña, siente la necesidad interna de elevar la efectividad del proceso de enseñanza aprendizaje, de motivar a sus alumnos por el aprendizaje de la materia que imparte y, al unísono, de contribuir al crecimiento personal de cada uno de ellos. Sin embargo, si los motivos son extrínsecos, ajenos a la esencia del proceso que dirige, con frecuencia el profesor limita su labor fundamentalmente a la simple transmisión de los contenidos de la materia, estableciendo el “facilismo pedagógico”. Las insuficiencias en la personalidad del estudiante en gran medida están condicionadas dicho "facilismo pedagógico", que consiste en una disminución de las exigencias docentes, como la selección de tareas o ejercicios tipos que no requieren estrategias intelectuales complejas; dar al alumno facilidades adicionales excesivas para que apruebe las materias; la enseñanza que sólo persigue la reproducción de los contenidos por el alumno, que no le plantea situaciones que hagan necesaria su iniciativa y creatividad. Estas cuestiones alientan el facilismo en el aprendizaje, generando en el estudiante un rechazo hacia todo aquello que entraña dificultad y esfuerzo, por lo que a su vez atentan contra el desarrollo de sus cualidades volitivas y de valores, tales como el sentido de la responsabilidad, la perseverancia y la tenacidad ante las tareas (González, 1995).
En general el profesor ama su tarea y disfruta de la relación con los alumnos y el conocimiento, ya que la contraparte es el inadecuado reconocimiento salarial que percibe.
Para desarrollar su actividad con calidad a los profesores les concierne también el imperativo de actualizar sus conocimientos y competencias a lo largo de la vida. Deben perfeccionar su arte y aprovechar las experiencias realizadas en las distintas esferas de la vida económica, social y cultural; así como trabajar en equipo a fin de adaptar la educación a las características particulares de los grupos de alumnos (Delors, 1997)
En síntesis quiero terminar con una frase que ya he mencionado en otra ocasión pero que sigue siendo actual:
Hasta aquí hemos de concluir que a los profesores se les pide mucho y se les exige mucho más y se les da poco, como si el educador fuese una especie de “superwoman” o de “superman”.
Profesor Alejandro Canton

miércoles, 8 de agosto de 2007

La pobre Educacion ...

Cuando hablamos de pobreza relacionamos este concepto con otros como el de exclusión, vulnerabilidad, marginación y muchas veces con delincuencia. Pero si nos remitimos al diccionario nos dice que pobreza es “estado del que carece de lo necesario para vivir, falta, escasez”, y otros significados como “pobreza de espíritu, de vocabulario, de sentimientos, etc.”, también se relaciona con las palabras: estrechez, indigencia, inopia, miseria, penuria, privación, etc. Todos estos términos son fuertes a la hora de relacionarlo con la educación, pero lo cierto es que hoy están íntimamente ligados. Cuando decimos educación también decimos escuela y estas están preparadas para la formación pedagógica y, en los últimos anos, se hicieron cargo de las situaciones sociales y afectivas de sus alumnos. Lo que antes representaba un segundo hogar para los chicos, paso a ser el primero porque ahí encuentran aquello que en la casa, por tener la familia en situación de pobreza, perdieron.
Muchos programas sociales (alimenticios, becas de dinero, útiles escolares y de vestimenta) están en las escuelas conviviendo con propuestas pedagógicas, proyectos de retención para bajar índice de abandono y reticencia, etc. y parece ser que esta unión es cada vez mas fuerte y necesaria.
Ahora bien la escuela sigue siendo un agente que puede contribuir al progreso social, económico y cultural, es la fuente fundamental para el desarrollo de la persona y el eje de la ruptura del “circulo vicioso entre la pobreza y la ignorancia”. Hubo procesos de globalización que implicaron cambios en el ámbito cultural, económico y financiero que determinaron transformaciones y desequilibrios que impactaron significativamente en el mundo del empleo y del trabajo y que llevaron a gran parte de la población al estado de pobreza. El avance tecnológico y científico y la incorporación de estos conocimientos al sistema educativo cambiaron las reglas de juego en la producción de muchos productos que hay en la sociedad y en la prestación de servicios. Sin embargo la escuela y el sistema educativo no cambian tan rápido, por eso, con la implementación de la Ley Federal de Educación, existió un gran movimiento de reformulación de lo que la escuela brinda para ayudar a los jóvenes a insertarse en el mundo laboral, pero dichas intenciones teóricas allí plasmadas nunca tuvieron el efecto concreto en la realidad social. La nueva Ley Nacional de Educación también es ambiciosa en este punto pero las políticas educativas y los recursos necesarios que deben llevar a la practica estas palabras a veces no llegan. Volvemos a los pobres, a los marginados, a los excluidos, ¿quien se ocupa de ellos? Sabemos que los sectores más desfavorecidos reciben los servicios mas desfavorecidos, con peores infraestructuras, sin libros, sin recursos, sin tecnología y algunas veces sin docentes capacitados y comprometidos.
La marginalidad social constituye un fenómeno de análisis que va mas allá del educativo, por que justamente estos niños y jóvenes que no pueden acceder al sistema educativo quedan al margen de la posibilidad de inserción y continúan en un estado de vulnerabilidad social que en la mayoría de los casos los lleva a la delincuencia. Ahora bien debemos entender que a estos jóvenes sin posibilidades materiales y de capacitación la vida les presenta otra situación de desventaja, la falta de trabajo. Ellos tienen necesidad de trabajar y el mundo productivo les exige determinadas capacidades que no han podido lograr. Con este panorama podemos adelantar que estos jóvenes no tendrán una salida laboral. Por eso es importante que mucho antes de llegar al final de la adolescencia los jóvenes puedan insertarse en la escuela como un modo de acceder a la capacitación necesaria para conformar ese “paracaídas” que le permita no caer tan abajo en la escala social. La Ley de Educación Técnica incorpora herramientas que pueden permitir una capacitación para que estos jóvenes obtengan las competencias necesarias que el mercado demanda, pero no olvidemos que las escuelas técnicas deben resurgir desde las cenizas en que las dejo la Ley Federal de Educación de los 90.
Por ultimo debemos tener la esperanza del rol que debe ocupar la educación en este proceso de inclusión social de los jóvenes y su relación en el mundo laboral. Las tecnologías irán cambiando y superando las actuales, de modo que siempre habrá que actualizarse si quiere dar mejores respuestas, pero la capacitación recibida en la escuela debe constituir para los jóvenes un capital atemporal desarrollando una base sólida y garantía para su potencial y empleabilidad, siempre fomentando una formación integral desde su rol de persona y futuro ciudadano. La trascendencia de este aprendizaje al ámbito laboral deberá garantizar la posibilidad de que el joven, independientemente de los saberes, pueda sostener el trabajo, ya que estudios recientes han demostrado que es mas dificultoso mantener el trabajo que conseguirlo.Pareciera entonces que la pobre educación tiene una gran la responsabilidad

domingo, 29 de abril de 2007

La violencia, una conducta que se repite

Muchas veces hemos hablado de violencia escolar y lamentablemente lo hablaremos muchas veces mas, por que parece que es un tema del cual siempre tenemos material. Pero debemos decir que cada vez se torna más complejo determinar los motivos originarios de la violencia en instituciones educativas. Todos los docentes sabemos que las conductas son las acciones del hombre en relación con el medio, manifestándose como una búsqueda de equilibrio; por ellas se integran nuestras necesidades con las posibilidades que nos presenta el medio. Entonces en este marco cuando nos referimos a la violencia debemos estar observando el hecho desde una mirada general para luego llegar a determinar la causa particular. Ahora ¿qué es lo que motiva a un joven a tomar una decisión violenta al extremo en una escuela contra otros jóvenes y docentes? La conducta violenta no se origina por azar, sino porque existen una serie de motivos que la impulsan, que le dan la energía necesaria para que dicha conducta se manifieste. Siempre en este trayecto el medio tiene gran influencia en la toma de decisiones de un joven. Las presiones sociales, individuales, grupales, etc. llevan a tomar conclusiones que muchas veces son racionales y otras no, como por ejemplo los actos de violencia.
EEUU es un país que tiene el triste record de violencia en instituciones educativas, pero ellos trabajan sobre ello. Las escuelas tienen un alto nivel de tecnología en vigilancia y control. Cámaras de videos en los pasillos, sistemas de audio en las aulas, personal de seguridad y policía dentro de los establecimientos educativos, detector de metales en las puertas de acceso, etc. Además existe una vigilancia constante del personal docente sobre los movimientos de los alumnos dentro de la escuela, en los recreos, en las salidas educativas, etc., pero parece que todo esto no es suficiente. También debemos mencionar que en las escuelas primarias y medias el Estado proporciona todo lo necesario en infraestructura y asistencialismo para que los alumnos puedan estudiar sin que los recursos económicos sean un problema. Las políticas económicas y educativas proporcionan para los alumnos transportes, alimentos, útiles, etc., en forma totalmente gratuita para que todos puedan estudiar, sin discriminación de raza, nacionalidad, religión, etc. Pero en las instancias de estudios superiores la cosa cambia. Las universidades, tanto publicas como privadas, son excesivamente costosas, por lo tanto solo acceden a ellas niveles sociales de altos ingresos económicos y aquellos que pueden obtener becas para tales fines. Por lo tanto en este nivel de estudios el fracaso escolar puede despertar en ciertos alumnos una conducta que, desde la psicología, se denomina de frustración y conflicto que en casos extremos comenten actos de violencia. El individualismo, el egocentrismo, la perdida de valores fundamentales como la solidaridad, el respeto, la tolerancia, etc., y el mercado consumista sumado al uso inadecuado que realizan los jóvenes de los medios de comunicación, sobre todo de internet, provocan ciertas conductas características de la “cultura posmoderna”.
El trágico caso de la masacre en EEUU en la universidad de Virginia es un hecho gravísimo de desequilibrio emocional pero que debemos analizar desde los especialistas correspondientes y luego hacer la bajada a los docentes quienes están en contacto diario con jóvenes. En nuestro país estos desgraciados episodios no son muchos pero contamos con experiencias similares como la de Carmen de patagones y otros casos.
Para concluir, debemos mencionar que esta problemática de violencia global nos dejan como corolario estar alerta como docentes y escuelas ya que no estamos exentos de las mismas y que muchas veces dan señales de lo que puede ocurrir, sobre todo en jóvenes que han perdido un ser amado, que tiene incomprensión familiar, dificultad para aceptar las frustraciones, que conviven en un clima familiar violento o de abusos sexuales, adicciones, exceso de exigencia de los padres respeto a su rendimiento, enfermedades siquiátricas, graves situaciones de soledad e incomunicación. Creemos que debemos trabajar fuertemente en las escuelas la comunicación y los valores para contrastar los efectos negativos de la violencia.
Alejandro Oscar Cantón

lunes, 9 de abril de 2007

La violencia escolar

La escuela es la única que cumple con el rol de socializar, formar, y habría que ayudar a que lo cumpla de la mejor manera posible, que pueda auxiliar a la producción de subjetividades y evitar la pérdida de inteligencia que no desarrolle o no se construya. Hoy la escuela es el lugar fundamental de recuperación de las posibilidades para pensar y el lugar para modificar conductas sociales como la violencia; pero sola no puede. Si analizamos un concepto de violencia escolar se puede decir: que es todo acto por el cual un individuo o grupo utiliza la fuerza física, armas o la coacción psíquica o moral en contra de sí mismo, de objetos o de otra persona o grupo provocando como resultado la destrucción o daño del objeto y la limitación o la negación de cualquiera de los derechos establecidos de la persona o grupo dentro de la comunidad escolar (Abraham y Grandinetti 1997).
La escuela es un subsistema del sistema escolar, que abarca al conjunto de instituciones, a la pluralidad de organizaciones escolares públicas y privadas de naturaleza y niveles diversos, jerarquizadas e interrelacionadas por una coordinación y una subordinación, con el fin de transmitir ideas, sentimientos, valores a los miembros jóvenes de una sociedad. Se trata de una organización de funciones ligadas por reglas generales, escritas y abstractas. Las reglas ahorran esfuerzos al proponer modos de solución a los problemas posibles. Se tiende a la estandarización en todos los órdenes que lo permiten. Todo va orientado hacia la modificación de las relaciones burocráticas y autoritarias en la escuela, lo que se denomina pedagogía institucional. Esta se trata de una pedagogía en la que se analiza la implicación, compromiso de todos y cada uno de los elementos institucionales involucrados. En la escuela se trasmiten culturas, símbolos, elementos propios de una sociedad en busca de reproducir su identidad. Estas condiciones simbólicas a saber que son fundamentos de poder que en una sociedad se fueron y se irán arraigando como lo son los signos simbólicos: banderas, escarapelas, himnos, su trayectoria hacia el futuro seguirán con su propia identidad y según los valores nacionales. Pero así también se fueron quedando signos de violencia generadas por las guerras y luchas por territorios o simplemente por un lugar donde vivir, o lo que es mas dramático en un Estado democrático, por reclamar derechos laborales, que en la actualidad sumado a los distintos problemas sociales generados por las desigualdades siguen provocando en el individuos y grupos distintos grados de violencia. En la vida política contemporánea, se mezclan diversos movimientos que se enfrentan a un amplio aspecto de injusticias que son las que más tarde se desencadenarán como violencias, por entrar en conflicto los cambios culturales y económicos que se desplazan de los movimientos sociales. También la pobreza y la privación en sus diversos tipos son elementos constitutivos de las injusticias y por ende de las discriminaciones y desigualdades. Las injusticias pueden ser observadas y tratadas de diversas maneras: RAWLS postula diversos pasos y posiciones para lograr justicia con equidad logrando así personas solidarias. Él afirma que la justicia debe ser la primera virtud de las instituciones sociales. Las leyes que le rijan deben ser justas. La persona tiene un carácter de inviolabilidad, a partir de la justicia a beneficio de la sociedad, se plantea superar las posturas utilitarias con ideas de la satisfacción para la mayoría de la gente. Aquí entra en juego el rol del docente como trabajador de la educación. Un docente que no esta al margen de la discriminación y de la injusticia social, un docente que lucha por sus derechos cuando reclama por salarios dignos y que al mismo tiempo esta garantizando los derechos de sus alumnos y de sus familias. Pero la justicia también tiene que ver con responsabilidad de quienes deben impartirla. Por tal motivo la violencia siempre es producto de la injusticia a la que como docentes estamos acostumbrados, pero a la que nunca dejaremos de hacer frente.
Alejandro Oscar Cantón

sábado, 24 de febrero de 2007

Familia y escuela tienen un lugar en común

En estos tiempos de exámenes previos y complementarios de marzo se pueden ver en las escuelas la gran cantidad de chicos y chicas que se presentan a rendir materias pendientes, pero si se observan las actas también se pueden ver la gran cantidad de alumnos ausentes. Siempre he tenido la esperanza de poder aportar, desde mi preparación docente, un granito de arena para lograr algún cambio, en los jóvenes y en sus familias, que permitan mejorar, auque no podamos modificar la situación socio-económica en que viven, su formación integral desde una adecuada información, orientación, seguimiento y compromiso pero desde el trabajo conjunto entre padres y docentes.
Recrear el vinculo pedagógico entre docentes, jóvenes y padres es una estrategia concreta de inclusión. En un escenario de ruptura de los alzos sociales, la trasmisión de conocimiento puede contribuir a unir lo que esta roto y fragmentado. De tal manera es preciso replantear el dialogo entres los diferentes modos de relacionarse con los lenguales y con la cultura de los jóvenes y sus familias, sin perder de vista el objetivo pedagógico de la escuela. Esto implica renovar algunos modos en que la escuela aloja y valora las necesidades de los jóvenes y sus familias, los intereses y sus producciones culturales. La escuela puede hacerlo desde su función especifica que es la trasmisión del patrimonio cultural que forma a los ciudadanos.
La nueva Ley Nacional de Educación Nº 26.206, brinda espacios de participación para que juntos, docentes, alumnos y padres, conformen un nuevo escenario que garantice la igualdad, la equidad y la participación de las organizaciones sociales y las familias a saber:
Articulo 11, inciso I: Asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes en las instituciones educativas de todos los niveles. Inciso U: Coordnar las políticas de educación, ciencia y tecnología con las de cultura, salud, trabajo, desarrollo social, deportes y comunicación, para atender integralmente las necesidades de la población, aprovechando al máximo los recursos estatales, sociales y comunitarios.
Articulo 123 inciso L: mantiene vínculos regulares y sistemáticos con el medio local, desarrolla actividades de extensión, tales como las acciones de aprendizajes-servicio, y promueve la creación de redes que fortalezcan la cohesión comunitaria e intervengan frente a la diversidad de situaciones que presenten los alumnos y sus familias. Inciso N: Favorecer el uso de instalaciones escolares para actividades recreativas, expresivas y comunitarias.
Articulo 126, inciso h: Integrar centros, asociaciones y clubes de estudiantes u otras organizaciones comunitarias para participar en el funcionamiento de las instituciones educativas, con responsabilidad progresivamente mayores a medida que avancen en los niveles del sistema.
Y por último en los artículos 128 y 129 completos están destinados a los derechos y deberes de los padres, madres y/o tutores de los estudiantes. Allí se destacan la importancia de los padres como agente natural y primario de la educación y quienes son responsables directo por el cumplimiento de la educación obligatoria de sus hijos, que como sabemos a través de la presente Ley, se extiende desde los cinco años hasta la finalización de la escuela secundaria.
De tal manera que el encontrarse periódicamente padres, alumnos y docentes debería ser una pauta distinguida dentro de la agenda de una escuela. Debería ocupar un espacio mental importante y desarrollarse en un espacio físico adecuado.
Alejandro Oscar Cantón Profesor en Ciencias de la Educación

miércoles, 21 de febrero de 2007

La escuela para nuestros hijos

Quienes tenemos hijos en edad escolar es común que nos preguntemos a fin de año o en esta época, en que escuela inscribo a mi hijo. Esta pregunta se da en tres momentos claves: cuando tiene la edad para el jardín de infantes (sala de 4 años), cuando ingresan a la escuela primaria y cuando ingresan a la escuela secundaria. Y es frecuente que consultemos en varias escuelas, que charlemos con los maestros y profesores, con los directivos y con otros padres sobre los pro y los contra de cada escuela. Algunas veces le preguntamos a los mismos chicos, sobre todo cuando son más grandes, pero lo cierto es que es una responsabilidad de los padres y un derecho de los niños a ser escolarizados. Existen distintos intereses que motivan a los padres en la elección de la escuela para sus hijos. Muchas veces tiene que ver con sus propias historias de vida y sus experiencias y otras veces con una visión futurista que tiene directa relación con el porvenir intelectual y social de sus hijos. Aquí entran en juego la oferta educativa de las escuelas la cual debiera reflejarse en el proyecto educativo institucional. En este ultimo es necesario expresar de manera flexible y viable las metas, actividades y recursos que nos permitan pasar de una realidad organizacional, a otra que interprete las demandas y necesidades de todos los miembros de la comunidad educativa.
Ahora, este mensaje institucional debe ser conocido por todos los actores: alumnos, padres, docentes y comunidad en general quienes son potenciales miembros de la comunidad educativa de esa escuela.
Sabemos que dentro de la oferta educativa en nuestro país y en nuestra provincia en particular, existen en cuanto a la gestión, dos tipos de escuelas, las escuelas de gestión oficial y las de gestión privada.
Ahora bien, lo que a los padres nos responsabiliza directamente es la elección de la escuela primaria y de la secundaria. La oferta educativa de la escuela primaria es única en cuanto a la cantidad de años y a su distribución curricular, salvo proyectos innovadores de doble escolaridad y aquellos extraescolares además de las escuelas bilingües y religiosas que amplían su oferta educativa, pero en todas esta garantizado por ley un mínimo de contenidos básicos comunes. En la escuela secundaria la cosa cambia. En la provincia de Córdoba existe un C.B.U. (Ciclo Básico Unificado) que abarca de 1 a 3 año y que es común para todas las escuelas y el C.E. (ciclo de especialización) de 4º a 6º año, pero al llegar al 4º año deben elegir por una orientación determinada. Lo cierto es que esta orientación, la mayoría ya la elige desde primer año, por que la escuela es la misma y en el momento de la inscripción a 4º se priorizan los alumnos de la institución. De tal manera es muy importante conocer toda la oferta educativa de la escuela para evitar que el chico circule entre varios establecimientos durante su recorrido por el sistema educativo. Además la permanencia en una misma escuela, salvo excepciones y situaciones, genera en el alumno un sentido de compromiso, un alto grado de conocimiento especifico, sin dejar de mencionar las relaciones humanas entre docentes y alumnos para el abordaje del conocimiento. Sabemos que en la escuela secundaria los tiempos no son los mismos que en la primaria, por tal razón generar un sentido de pertenencia en los alumnos, los docentes y los padres con la institución provoca mejores resultados académicos y de convivencia.
Lo cierto es que el recorrido por la escolaridad obligatoria (primaria y secundaria) de nuestros hijos requiere de la presencia de los padres, la valorización de sus logros, el respeto por sus tiempos, el estimulo sin sobreexigencias, el acompañamiento, el control y el señalado de los limites forman parte de la tarea que debemos cumplir como padres y como docentes.

Alejandro Oscar Cantón
Profesor en Ciencias de la Educación

sábado, 3 de febrero de 2007

Embajada de los EEUU en Argentina


La calidad educativa: un compromiso de todos

La calidad en la educación es un problema de todos, se deben ir superando las diferencias y exclusiones sociales. Mientras mas conciliemos igualdad con calidad, mejor atacaremos los mecanismos de reproducción intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.
Como ya lo dijimos en artículos anteriores, la nueva Ley de Educación plantea nuevos espacios de democratización de la escuelas y sus actores. Ahora bien, junto a esta posibilidad debe primar un principio de calidad educativa. Por calidad entendemos, desde una perspectiva macropolítica, la capacidad del sistema educativo para responder a las necesidades formativas de los ciudadanos. Desde una perspectiva micropolítica es la articulación entre la oferta educativa que brinda la escuela y el nivel de aprendizaje de los alumnos. Al definir calidad educativa entran en juego una variable: la relación objetivos y resultados y el valor que se le asigne a la educación, entendiendo por esto no solo a la creación de condiciones favorables para el acceso y la pertenencia del alumno en el sistema, si no, también, al reconocimiento social y económico de los profesionales de la educación, nuestros docentes. De tal manera que este proceso en busca de la calidad es un compromiso de todos. Sabemos que uno de los problemas es el alto índice de desgranamiento escolar y el desafío consiste en “lograr que los alumnos realicen un recorrido exitoso en los distintos niveles educativos, para lo cual es necesario implementar estrategias para la retención y el logro de mayores niveles de calidad en los aprendizajes”. En este sentido la educación es: CALIDAD = IGUALDAD DE OPORTUNIDADES. Esto se debe a que el punto de partida para el cambio cualitativo está en el entrono socio-cultural de los alumnos. La calidad educativa es muy propio y original de cada institución. Por tal motivo cada escuela, siguiendo los lineamientos de la Ley y las políticas educativas jurisdiccionales, deberán replantear sus proyectos educativos institucionales siguiendo, por ejemplo, al modelo que presenta Ezequiel Ander Egg, planteando una estrategia de mejoramiento continuo de la organización y gestión institucional con el protagonismo de todos los actores, lo que supone y exige una planificación participativa. Un trabajo colectivo se construye desde el consenso de todos y no de una simple mayoría. Es un profundo pacto ético que requiere estar convencidos de que es una oportunidad de superación individual y grupal. En este punto Cecilia Bravslavzky plantea que las escuelas deberían asumir la diversidad de las personas, de las comunidades y la suya propia, pero no en cuanto a disyunciones en las que “unas son mejores y otras son peores”, y desde allí construir la calidad. En este sentido podemos mencionar dos tipos de escuelas: aquellas con modelos regresivos que normalizan su funcionamiento hasta llegar a la rutirización de sus prácticas y que consideran como naturales e inevitables a las problemáticas; Y las otras escuelas con modalidad progresivas que tienen la capacidad para interrogarse sobre su funcionamiento y a la vez generar nuevas preguntas. Estas son escuelas que “enfrentan a los problemas buscando la superación de los mismos y que han hecho de la reflexión su práctica permanente”. Acompañando este proceso en busca de la calidad por parte de la comunidad educativa no debemos olvidar el financiamiento de la educación publica por parte del Estado quien debería generar políticas de financiamiento que planteen a la educación como una inversión y no como un gasto. No es una tarea fácil pero depende de todos.
Alejandro Oscar Cantón
Profesor en Ciencias de la Educación

martes, 30 de enero de 2007

Por que educar socialmente en la escuela


En la escuela actual, pensada como una institución para reproducir padrones culturales, económicos, políticos y sociales de las clases hegemónicas, a través de la reproducción ideológica y de la preparación de la población trabajadora para el capital, también están representados los intereses de las clases sociales menos favorecidas. Para estas, la escuela puede ser un instrumento de lucha contra la dominación cultural, exactamente para socializar el código dominante de la cultura y posibilitar el acceso al conocimiento de los valores sociales, estéticos y de lenguaje de las clases superiores. De esta manera el conocimiento contribuye al desarrollo de una conciencia histórico-político, apuntando a las posibilidades reales de cambio y de transformación. Pero el problema está en que si la escuela en contextos de pobreza contiene y controla y llena formularios como actividades centrales, estos alumnos, niños y adolescentes, ven limitados su espacio para construir conocimiento.
Según Da Silva, en Escuela, conocimiento y curriculo, “la escuela socializa mediante la enseñanza de conocimientos legitimados públicamente. Que la socialización sea mediante la enseñanza quiere decir que la escuela recrea continuamente conocimientos producidos en otros contextos sociales y para que los produzcan otros sujetos sociales distintos del maestro. La escuela no inventa el conocimiento, ni monopoliza su circulación. Lo que si hace es enseñarlo, intencionalmente, sistemáticamente, públicamente. Que la enseñanza sea de conocimientos legítimos públicamente quiere decir que la escuela enseña a todos, sin restricciones ni exclusiones, de todo, sin censuras ni exclusiones, para todos, en un clima democrático y pluralista”.
También podemos citar a Paulo Freire quien dice “que es función de la educación colaborar con la preparación de una nueva sociedad, a través de la construcción de la ciudadanía que nos vuelve cada vez más humanos. La educación, concebida de este modo, es un proceso constante de liberación”. Por todo esto es necesario que los docentes sean aliados de los alumnos y no sus adversarios, compañeros unos a los otros y no enemigos, por lo que sucede cuando un docente instaura en la clase una relación donde el es el que sabe, y por lo tanto tiene derecho a hablar y ejercer el poder, mientras a los alumnos, que no saben, les queda apenas quedarse en silencio y obedecer. Igualmente y con la misma fuerza, ocurre cuando entre los especialistas, los directores y los profesores no existe una relación de cooperación, sino de competencia y de lucha para la sumisión del trabajo del otro.
Aquí planteamos la funcionalidad de la educación con el sistema social o, lo que es igual: educación y sociedad, educación y sistema económico: ¿interdependencia o subordinación?
La educación es una formidable herramienta cultural, es decir, creada por el hombre y destinada a su crecimiento integral. El fin de la educación es rescatar todas las potencialidades que el hombre puede desarrollar dentro de su entorno, en sociedad. Según Naciones Unidas, “el desarrollo social es inseparable del entorno cultural, ecológico, económico, político y espiritual en que tiene lugar. Pero el desarrollo social está claramente vinculado con el logro de la paz, la libertad, la estabilidad y la seguridad a nivel nacional e internacional. Para promover el desarrollo social es preciso orientar los valores, los objetivos y las prioridades hacia el bienestar de todas las personas y el fortalecimiento y la promoción de las instituciones y las políticas que persiguen ese objetivo.”
De esta manera queda claro que el sistema educativo no puede depender de un solo sector de la sociedad, el de la clase económicamente dominante, ni debe apuntar únicamente a un vinculo del cual dependa o con el cual mantenga su único cordón social. Si en realidad se requiere que la educación tenga por finalidad el promover a la persona y la sociedad en un desarrollo social sostenido, la acción debe ser compartida y dirigirse a un todo integral, con fuerzas suficientes para generar un proceso que desde su interior sea nuevo factor de cambios sociales.
Alejandro Oscar CantónProfesor en Ciencias de la Educación

viernes, 26 de enero de 2007

Una mirada hacia el primer mundo

Durante la segunda quincena de octubre y primera de noviembre de 2006 tuve la posibilidad de realizar un viaje a los EEUU mediante un programa intercambio educativo de la comisión Fulbright Argentina entre directores de escuelas de Argentina y EEUU. Mi destino fue la ciudad de Omaha en el Estado de Nebrazka. Allí estuve asignado a una escuela middle, como la llaman ellos, es decir donde asisten estudiantes de los grados 5to. a 8vo. Además esta escuela forma parte de un programa denominado Magnet que significa escuelas que atienden a la diversidad y ofrecen especializaciones en distintos campos del conocimiento. Esta escuela se especializaba en Ciencia y Tecnología y pueden asistir todos aquellos alumnos que deseen sin la condición de pertenecer al barrio como es en el común de las escuelas allí. Hasta aquí todo podía ser como en nuestro país pero la diferencia esta dada, entre otras cosas, en los recursos disponibles de estas escuelas y de la gran mayoría en los EEUU. Desde el momento que arribé a la ciudad capital de EEUU, Washington DC, pude observar la dimensión de un país que es potencia mundial y que quiere mantenerse en ese lugar mostrando ante el mundo los motivos de su grandeza.
Los grandes edificios históricos, los museos, el parlamento, la casa blanca, sus calles impecables, sus autos de gran tamaño, muy lujosos y costosos, sus hoteles, las embajadas de los países del mundo que están allí estratégicamente asentadas, su tecnología de punta que organiza todo su sistema de vida (social, educativo, de salud, de servicios, etc.) y su gente dan motivos para la admiración y el ejemplo. Por esta razón las escuelas no escapan a este modelo de grandeza y abundancia. Allí todo es grande, allí todo sobra, allí no puede faltar nada.
Mi misión era estar durante tres semanas en una o varias escuelas identificar las problemáticas comunes en otra cultura institucional diferente, analizar alternativas de resolución, vivenciar otro estilo de gestión, que permitan la reflexión sobre la propia practica y construir redes entre instituciones escolares.
Cuando ingrese por primera vez a la escuela al caminar por los pasillos totalmente limpios, encerados y las paredes impecables y las oficinas alfombradas, las aulas equipadas con todos los elementos didácticos necesarios, desde computadoras, útiles, TV 29’, videos, laptop para cada docente, gimnasios gigantes, salón de conferencias, cantina/comedor, baños por todos lados, de varones y mujeres y todos adaptados para discapacitados, aulas de ciencias, de tecnología, de astronomía, laboratorios de ciencias naturales, hasta un planetario donado por la NASA, programas de asistencia alimentaría, y transporte para todos los alumnos que necesiten, etc, etc, etc, tuve una sensación de tristeza y frustración recordando mi escuela y de las de mi país, pensando en la injusta distribución de la riqueza en este mundo globalizado solo para unos pocos. Cabe destacar que esta política educativa de equipar con todos los recursos necesarios a las escuelas se aplica en los establecimientos educativos de gestión publica ya que las escuelas privadas no tienen subvención estatal.
Pero los días pasaron, fui conociendo sus hogares, que también daban muestra del estilo de vida que se tiene en EEUU. Todos los artefactos eléctricos necesarios, calefacción central, TV 50’ y otros, lavavajillas, autos muy nuevos y confortables, etc, pero ¿que pasaba con la educación?. En las escuelas conviven diferentes culturas, hecho que se da en gran parte de los EEUU. Esta diferencia esta dada entre los blancos, los afroamericanos (africanos que vinieron de su país y aquellos nacidos en EEUU pero de descendencia Africana) y por último los latinos (todos aquellas personas que provienen de América central y del sur). Es muy interesante poder ver esto ya que en estas escuelas magnet conviven diariamente estas culturas en una forma de sobrevivir en un país que enarbola la bandera de la libertad e igualdad de oportunidades.
He compartido jornadas con estudiantes nicaragüenses, peruanos, tailandeses, chinos, africanos, norteamericanos y mexicanos y allí pude observar las grandes diferencias culturales pero no generacionales, todos eran chicos de la misma edad, con sus comportamientos propios y similares entre si como cualquier alumno de nuestro país. Lo cierto es que producto de esta diversidad se observa un alto porcentaje de estudiantes que no tienen el hábito de estudiar, de comportarse adecuadamente y creo que existe una resistencia simbólica a ser dominados por la cultura que se imparte en la sociedad como una imposición del poder del hombre blanco sobre el resto.
Pero la verdad es que no todo es lo que parece. Existe una preocupación por la calidad educativa, por los docentes de enseñar mejor, por el Estado de proporcionar los recursos, por lograr que todos los niños y jóvenes asistan a la escuela, por crear conciencia en valores como responsabilidad, solidaridad y otros, en un mundo cada vez mas individualista. Lo cierto es que mas allá de los recursos, el problema en educación tiene su ascendente en el fenómeno social. De tal manera las reformas educativas deben tener en cuenta al sujeto de aprendizaje como un ser socialmente complejo y dinámico por que mas allá de las diferentes culturas los adolescentes y jóvenes tienen patrones de comportamientos similares producto de la globalización de los medios de comunicación.
Agradezco a la Agencia Córdoba Ciencia y al programa Fulbright Argentina por la oportunidad que me brindaron de crecer profesionalmente, de conocer e investigar sobre otras culturas y de tener una mirada mucho más amplia sobre fenómeno educativo.

Alejandro Oscar CantónProfesor en Ciencias de la Educación

jueves, 25 de enero de 2007

El docente del siglo XXI

El sistema educativo argentino tiene una identidad común, con un alto grado de pertenencia por parte de sus miembros y una relativa vida autónoma debido a ciertas características particulares en lo que hace a su estructura organizativa como a su “modus vivendi” a saber:
- Tiene jerarquías de conducción y niveles de responsabilidad, claramente estratificados y diferenciados;
- Sociológicamente hablando, contiene una población cautiva, es decir, que los alumnos permanecen durante el ciclo lectivo dentro del sistema con migraciones escasas que suelen darse de un año para otro.
- Sus actores principales, docentes y alumnos, conviven buena parte de su tiempo diario en un ámbito común, la escuela;
- La conducción política puede cambiar de un día para otro, pero lo esencial, su cuerpo docente, tiene permanencia; los docentes se sienten pertenecientes al mundo educativo, y con frecuente apego a la institución madre, la escuela;
- Generalmente comparten pautas culturales, un lenguaje común y hasta una jerga propia.
Ahora aquí quiero resaltar el motor central del sistema educativo, me refiero al docente. En la historia del sistema educativo argentino, el docente ha transitado por diferentes lugares y posiciones hasta que se sanciona el Estatuto del Docente, marco legal que regula esta actividad. Pero no debemos olvidar que el docente opera sobre recursos humanos, es decir el producto final reside en las personas con las que opera. De tal manera que la capacitación del docente debe ser constante y adaptarse a las demandas y necesidades del medio social en el que esta inserto, además debe responder a las políticas educativas de los gobiernos de turno. De aquí se desprende la multiresponsabildad de los docentes en su ámbito de trabajo. Por eso es importante el desarrollo profesional de los educadores. Para ello hay que reconocer que el aprendizaje de la enseñanza es una actividad profesional vitalicia, y no algo que se contempla con un programa de capacitación docente, que sin dejar de ser necesarios, no es exclusivo. Estos programas son una iniciación a la enseñanza, no una culminación. Además es preciso reconocer que para mejorar el complejo y sutil arte de la enseñanza, se necesita una realimentación constructiva sobre el trabajo que uno hace y que existe en cada escuela la norma profesional de mejorar la enseñanza como parte del significado de ser docente en esa escuela, pero también que haya una estructura organizativa que posibilite reflexionar, junto a sus colegas, sobre el propio desempeño docente. Este punto suele ser conflictivo para los docente ya que no nos distanciamos lo suficiente de nosotros mismos para captar realmente lo que hacemos cuando trabajamos con alumnos o tratamos con otras personas. Pienso que debemos crear en las escuelas un clima profesional que permita a los docentes aprender a ver y criticar la enseñanza.
Pero no quiero dejar de destacar la importancia de la profesionalidad docente, ya que sin una mayor profesionalidad docente es imposible elevar la eficiencia del sistema educativo. El proceso de enseñanza-aprendizaje de conocimientos actualizados y socialmente útiles exige de saberes y destrezas que solo puede poseer un profesional. Cada alumno, clase, situación diferente requiere de la aplicación, creación y recreación de saberes pedagógicos y didácticos por parte del docente. No se trata de un trabajo especializado, se trata de un saber profesional.
Pero no se puede por un lado exigir y evaluar al docente como un profesional y por el otro formarlo, reglamentar su trabajo y retribuirle salarialmente como un trabajador especializado. Las políticas salariales tienen que atender a resolver este desfasaje hacia el lado de la profesionalización integral. Por ello una estrategia es privilegiar los criterios de capacitación, responsabilidad, eficiencia y rendimiento en la construcción de la carrera docente y también redefinir el alcance de la labor profesional de un docente: diversificar las responsabilidades que puede tener durante el transcurso de su carrera, darle oportunidad de prestar distintos servicios y procurar realizar dentro de la escuela una perspectiva de la profesión docente que eleve la calidad de la educación para los alumnos. Esto implicaría, por ejemplo, que los docentes experimentado actúen como tutores de docentes principiantes, que trabajen en proyectos de desarrollo curricular con algunos colegas y que funcionen como nexos entre la escuela y otras entidades de la comunidad realizando cambio de actividad sin la pérdida de su salario. Esto significa otorgar a los docentes el tiempo necesario para que trabajen juntos en planear proyectos de evaluación y estén en contacto con familias de alumnos de la escuela que requieran ayuda. Opino que debemos replantear el significado de ser docente, para que sea mucho más que trabajar solo en un aula durante un turno de clases.
Fuentes: Elliot W. Eisner, La escuela que necesitamos. Ed. Amorrortu; Osvaldo Devries, ¿ Es posible mejorar la educación?. Ed. Troquel

Alejandro Oscar Cantón
Profesor en Ciencias de la Educación

miércoles, 24 de enero de 2007

Hacia una nueva Ley de Educacion

Trece años de una Ley de Educación que no fue evaluada y ya es historia. Comenzaremos el 2007 con una nueva Ley de Educación Nacional que garantizara un derecho de todos para todos. El año 2006 fue un año de importantes debates en el ámbito de lo educativo, sobre todo en el nivel medio. Podemos mencionar algunas leyes y modificaciones que han surgido en los últimos tres años como la Ley de educación Técnico Profesional, la Ley Nacional de Educación Sexual Integral, la innovación pedagógica en el primer año del secundario en Córdoba, la Ley de Protección integral de los derechos de las niñas, los niños y adolescentes, etc., para terminar con el destierro de la Ley Federal de Educación implementada en la década del 90.
La nueva Ley podrá tener implicancias intelectuales y políticas que determinaran la democratización del saber pedagógico en la escuela. La implicancia intelectual se vincula con modalidades bastantes sofisticadas de indagación cualitativa e interpretativa, tales como la investigación-acción, la investigación participativa, o modalidades de investigación basadas en la reflexión sobre las practicas. Pero aquí es importante incorporar la función de los procesos de producción de conocimiento en los sujetos de las practicas escolares (maestros y profesores) para lograr resultados reales. Por eso las implicancias políticas de democratización del saber escolar suponen incorporar el discurso teórico de la Ley a la practica real de los docentes argentinos, brindando los espacios para que sea potencialmente evaluable, discutible y criticable en el espacio publico. Daniel Suarez en novedades Educativas edición especial de enero de 2005, plantea que “promover y sostener condiciones institucionales y políticas para la producción autogeneradora de saberes pedagógicos por parte de los docentes implica fundamentalmente, cambiar las reglas de juego en el campo educativo, y esto como sabemos, es difícil, ya que supone una fuerte corriente de destitución y de reinstitución en ámbitos institucionales rígidos.”
Por lo dicho es importante que existan políticas educativas tendientes a invertir en esta situación, que cada vez allá mas proyectos de intervención e investigación pedagógicas tendientes a involucrar de manera activa a los docentes en la producción y reconstrucción critica de saberes pedagógicos construidos desde la experiencia escolar en las aulas y en las instituciones, ya que las políticas publicas tiene un lugar estratégico en el proceso de reforma democrática de la escuela. La Ley establece brindar una nueva formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de conflictos y respeto de los derechos humanos; asegurar condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas, sin admitir discriminación alguna, fuera de todo autoritarismo, gestos soberbios y actitudes prepotentes que están lejos de responder al marco de la norma.. La Ley garantiza la participación democrática de todos los docentes en las escuelas. De tal manera espero que en este año se den las condiciones y los espacios de discusión para consolidar una nueva Ley de educación que refleje y de respuestas a las necesidades de nuestra gente y de nuestro país.

Alejandro Oscar Cantón
Profesor en Ciencias de la Educación