domingo, 29 de abril de 2007

La violencia, una conducta que se repite

Muchas veces hemos hablado de violencia escolar y lamentablemente lo hablaremos muchas veces mas, por que parece que es un tema del cual siempre tenemos material. Pero debemos decir que cada vez se torna más complejo determinar los motivos originarios de la violencia en instituciones educativas. Todos los docentes sabemos que las conductas son las acciones del hombre en relación con el medio, manifestándose como una búsqueda de equilibrio; por ellas se integran nuestras necesidades con las posibilidades que nos presenta el medio. Entonces en este marco cuando nos referimos a la violencia debemos estar observando el hecho desde una mirada general para luego llegar a determinar la causa particular. Ahora ¿qué es lo que motiva a un joven a tomar una decisión violenta al extremo en una escuela contra otros jóvenes y docentes? La conducta violenta no se origina por azar, sino porque existen una serie de motivos que la impulsan, que le dan la energía necesaria para que dicha conducta se manifieste. Siempre en este trayecto el medio tiene gran influencia en la toma de decisiones de un joven. Las presiones sociales, individuales, grupales, etc. llevan a tomar conclusiones que muchas veces son racionales y otras no, como por ejemplo los actos de violencia.
EEUU es un país que tiene el triste record de violencia en instituciones educativas, pero ellos trabajan sobre ello. Las escuelas tienen un alto nivel de tecnología en vigilancia y control. Cámaras de videos en los pasillos, sistemas de audio en las aulas, personal de seguridad y policía dentro de los establecimientos educativos, detector de metales en las puertas de acceso, etc. Además existe una vigilancia constante del personal docente sobre los movimientos de los alumnos dentro de la escuela, en los recreos, en las salidas educativas, etc., pero parece que todo esto no es suficiente. También debemos mencionar que en las escuelas primarias y medias el Estado proporciona todo lo necesario en infraestructura y asistencialismo para que los alumnos puedan estudiar sin que los recursos económicos sean un problema. Las políticas económicas y educativas proporcionan para los alumnos transportes, alimentos, útiles, etc., en forma totalmente gratuita para que todos puedan estudiar, sin discriminación de raza, nacionalidad, religión, etc. Pero en las instancias de estudios superiores la cosa cambia. Las universidades, tanto publicas como privadas, son excesivamente costosas, por lo tanto solo acceden a ellas niveles sociales de altos ingresos económicos y aquellos que pueden obtener becas para tales fines. Por lo tanto en este nivel de estudios el fracaso escolar puede despertar en ciertos alumnos una conducta que, desde la psicología, se denomina de frustración y conflicto que en casos extremos comenten actos de violencia. El individualismo, el egocentrismo, la perdida de valores fundamentales como la solidaridad, el respeto, la tolerancia, etc., y el mercado consumista sumado al uso inadecuado que realizan los jóvenes de los medios de comunicación, sobre todo de internet, provocan ciertas conductas características de la “cultura posmoderna”.
El trágico caso de la masacre en EEUU en la universidad de Virginia es un hecho gravísimo de desequilibrio emocional pero que debemos analizar desde los especialistas correspondientes y luego hacer la bajada a los docentes quienes están en contacto diario con jóvenes. En nuestro país estos desgraciados episodios no son muchos pero contamos con experiencias similares como la de Carmen de patagones y otros casos.
Para concluir, debemos mencionar que esta problemática de violencia global nos dejan como corolario estar alerta como docentes y escuelas ya que no estamos exentos de las mismas y que muchas veces dan señales de lo que puede ocurrir, sobre todo en jóvenes que han perdido un ser amado, que tiene incomprensión familiar, dificultad para aceptar las frustraciones, que conviven en un clima familiar violento o de abusos sexuales, adicciones, exceso de exigencia de los padres respeto a su rendimiento, enfermedades siquiátricas, graves situaciones de soledad e incomunicación. Creemos que debemos trabajar fuertemente en las escuelas la comunicación y los valores para contrastar los efectos negativos de la violencia.
Alejandro Oscar Cantón

lunes, 9 de abril de 2007

La violencia escolar

La escuela es la única que cumple con el rol de socializar, formar, y habría que ayudar a que lo cumpla de la mejor manera posible, que pueda auxiliar a la producción de subjetividades y evitar la pérdida de inteligencia que no desarrolle o no se construya. Hoy la escuela es el lugar fundamental de recuperación de las posibilidades para pensar y el lugar para modificar conductas sociales como la violencia; pero sola no puede. Si analizamos un concepto de violencia escolar se puede decir: que es todo acto por el cual un individuo o grupo utiliza la fuerza física, armas o la coacción psíquica o moral en contra de sí mismo, de objetos o de otra persona o grupo provocando como resultado la destrucción o daño del objeto y la limitación o la negación de cualquiera de los derechos establecidos de la persona o grupo dentro de la comunidad escolar (Abraham y Grandinetti 1997).
La escuela es un subsistema del sistema escolar, que abarca al conjunto de instituciones, a la pluralidad de organizaciones escolares públicas y privadas de naturaleza y niveles diversos, jerarquizadas e interrelacionadas por una coordinación y una subordinación, con el fin de transmitir ideas, sentimientos, valores a los miembros jóvenes de una sociedad. Se trata de una organización de funciones ligadas por reglas generales, escritas y abstractas. Las reglas ahorran esfuerzos al proponer modos de solución a los problemas posibles. Se tiende a la estandarización en todos los órdenes que lo permiten. Todo va orientado hacia la modificación de las relaciones burocráticas y autoritarias en la escuela, lo que se denomina pedagogía institucional. Esta se trata de una pedagogía en la que se analiza la implicación, compromiso de todos y cada uno de los elementos institucionales involucrados. En la escuela se trasmiten culturas, símbolos, elementos propios de una sociedad en busca de reproducir su identidad. Estas condiciones simbólicas a saber que son fundamentos de poder que en una sociedad se fueron y se irán arraigando como lo son los signos simbólicos: banderas, escarapelas, himnos, su trayectoria hacia el futuro seguirán con su propia identidad y según los valores nacionales. Pero así también se fueron quedando signos de violencia generadas por las guerras y luchas por territorios o simplemente por un lugar donde vivir, o lo que es mas dramático en un Estado democrático, por reclamar derechos laborales, que en la actualidad sumado a los distintos problemas sociales generados por las desigualdades siguen provocando en el individuos y grupos distintos grados de violencia. En la vida política contemporánea, se mezclan diversos movimientos que se enfrentan a un amplio aspecto de injusticias que son las que más tarde se desencadenarán como violencias, por entrar en conflicto los cambios culturales y económicos que se desplazan de los movimientos sociales. También la pobreza y la privación en sus diversos tipos son elementos constitutivos de las injusticias y por ende de las discriminaciones y desigualdades. Las injusticias pueden ser observadas y tratadas de diversas maneras: RAWLS postula diversos pasos y posiciones para lograr justicia con equidad logrando así personas solidarias. Él afirma que la justicia debe ser la primera virtud de las instituciones sociales. Las leyes que le rijan deben ser justas. La persona tiene un carácter de inviolabilidad, a partir de la justicia a beneficio de la sociedad, se plantea superar las posturas utilitarias con ideas de la satisfacción para la mayoría de la gente. Aquí entra en juego el rol del docente como trabajador de la educación. Un docente que no esta al margen de la discriminación y de la injusticia social, un docente que lucha por sus derechos cuando reclama por salarios dignos y que al mismo tiempo esta garantizando los derechos de sus alumnos y de sus familias. Pero la justicia también tiene que ver con responsabilidad de quienes deben impartirla. Por tal motivo la violencia siempre es producto de la injusticia a la que como docentes estamos acostumbrados, pero a la que nunca dejaremos de hacer frente.
Alejandro Oscar Cantón