domingo, 20 de junio de 2010

Que nos pasa a los profesores?

Veinte años de ejercer la docencia en el nivel medio (secundario), me dan una mirada sobre algunas conductas de los actores escolares.
En esta ocacion quiesiera referirme al malestar docente y sus consecuancias, ya que en estos dias he presenciado hechos lamentables que hablan muy mal de la profesion docente.
En las aulas pasan cosas. A algunos profesores les resulta difícil enfrentarse con problemas de comportamiento sin utilizar la fuerza. Castigan cualquier acción que consideran una amenaza contra su autoridad. La reacción de un profesror ante el comportamiento agresivo depende mucho de su bienestar físico y del estado emocional del momento. Si sus necesidades de éxito, de reconocimiento y de vida familiar y segura no han sido satisfechas, es probable que llegado el caso demuestre sus propios sentimientos agresivos, no solo con los estudantes, sino tambien con colegas y directivos.
El profesor debe cuidar que su estado mental sea bueno, de modo de poder aceptar sin sobresaltos ni muestras de emoción el comportamiento insolente y agresivo de algunos estudiantes. Frente a estos hechos el profe no debe reprenderlo o sermonearlo, sino mantenerse en un segundo plano, estimulándolo a decir como un relato todo lo que siente, asegurándolo gradualmente a que observe su comportamiento como lo hacen los demás. Por medio de la conversación el adolescente se liberará de los sentimientos de ira, hostilidad o culpabilidad y dará inconscientemente al docente un indicio de sus perturbaciones.
Esta no es una tarea facil ni existe una receta exacta, pero es una oportunidad de una mirada diferente.
En este sentido es bueno pregunatarse ¿quien es un mal docente?:
Aquel que no escucha ni atiende a las necesidades de sus estudiantes.
Aquel que utiliza un programa y metodologías didácticas rigidas.
Aquel que no tiene vocación docente, no le interesan sus estudiantes, va a cumplir el horario, no disfruta o no le gusta y no cree en lo que hace, no se esfuerza por transformar nada, no cuestiona, no investiga, no se compromete, no assume rsponsabilidades según el cargo que desempeña dentro de la escuela.
Aquel que es demasiado permisivo o autoritario.
Aquel que no puede mantener la disciplina en sus clases con métodos de mediación, negociación sin utilizar sanciones estrictas, gritos, etc. y que recurre a los directivos para hacerse respetar y cuando estos ultimos no pueden acudir los critican y hasta los insultan frente a los estudiantes.
Aquel que no tiene paciencia y amor.
Aquel que no tiene vocacion.
En estos ultimos itempos se habla mucho de fatiga escolar, neurosis magisterial y rasgos perversos de la profesión de enseñar, no solo se habla de los docentes frente a grupo, también se habla de los desequilibrios que presentan directivos y autoridades. Se puede denominar estrés a aquella excesiva activación psicológica y física que padecen los docentes como consecuencia de la interacción de los estímulos ambientales (clima del aula, relación con las familias del alumnado, relaciones con los compañeros del equipo educativo y centro, etc.,) y la respuesta idiosincrásica del individuo (teniendo en cuenta sus expectativas, locus de control, autoconcepto, forma de afrontar conflictos, etc.,) que puede desencadenar en problemas de salud y laborales (manifestaciones conductuales, actitudinales, psicológicas y fisiológicas)
El mal comportamiento de los alumnos en clase, la falta de incentivos a los profesores y su escasa formación son las principales causas que impiden que el desarrollo docente sea efectivo,
Uno de cada cuatro profesores confiesa que pierde hasta el 30 por ciento del tiempo de la clase en corregir el mal comportamiento de los estudiantes o en tareas administrativas. La eficiencia docente se ve perjudicada por la falta de equipos adecuados y de apoyo educativo así como por el ausentismo de los profesores y la falta de preparación pedagógica y de formación continua, dice la OCDE en su informe.
Estos problemas de disciplina del estudiantado que constantemente observamos a nuestro alrededor y a través de los medios de comunicación, la dificultad que se encuentra el profesorado en su actividad cotidiana debida a los problemas de conducta de estudiantado en algunas ocasiones siendo el profesorado el objeto de esa violencia ya sea verbal o física, son consecuencia de conflictos y licencias docentes y fracaso escolar.
Otros factores son:
1) Falta de reconocimiento social
La labor de los docentes en algunas ocasiones que da menos preciada o poco valorada por la sociedad. En la actividad cotidiana son desautorizados en algunos casos por la propia familia del estudiantado.
2) Falta de colaboración de las familias
El profesorado en ocasiones se ve incapaz de que exista una comunicación fluida y una colaboración eficaz con las familias de los estudiantes ya que éstas no participan en la actividad educativa.
Pero lo verdaderamente preocupante para el profesorado son los problemas de salud psíquica, de estrés, de depresión o el síndrome Burnout (estar quemado), dolencias todas ellas que los profesionales de la enseñanza califican como “propias de su actividad”. Por ultimo es oportuno preguntarse ¿quien es el responsable de esta situacion? y como podemos remediarla?
Prof. Alejandro Oscar Canton

domingo, 18 de abril de 2010

El mediocre intelectual



De José Ingenieros del libro "El hombre mediocre": Su exigua cultura los condena a serlo. LLaman hereje al que busca una verdad o persigue un ideal.
*El que se ha fatigado mucho para formar sus creencias, SABE RESPETAR las de los demas. La tolerancia es el respeto en los otros de una virtud propia, la firmeza de las conviccionaes, reflexivamente adquiridas, hace estimar en los mismos adversarios un mérito cuyo precio se conoce.
La tolerancia de los de los ideales ajenos es virtud suprema en los que piensan.
...
Su incapacidad de meditar acaba por convencerles de que no hay problemas difíciles y cualquier reflexión les parece un sarcasmo; prefieren confiar en su ignorancia para adivinarlo todo.
Y cuando creen equivocarse, podemos jurar que han cometido la imprudencia de pensar.
MALEABLES BAJO EL PESO DE LA OPINION PUBLICA QUE LOS ACHATA. REDUCIDOS A VANAS SOMBRAS, VIVEN DEL JUICIO AJENO.
El virus e la mediocridad
La periodista del Diario la Nacion, Julián María Iturrería, plantea: Advertencia: si un jefe tiene temor de sus propios subordinados, puede estar infectado de mediocridad.
Según fuentes consultadas, muchos supervisores prefieren empleados mediocres por miedo a quedar opacados. Y así posponen mejores resultados. Pero poco les importa.
Jefes, operarios, gerentes, empleados. Todos pueden portar el virus de la mediocridad. Es un grave problema, a veces difícil de descubrir. Las consecuencias son bajo rendimiento y disminución de la productividad. Por eso, mediante programas de evaluación de desempeño las firmas buscan hacerle frente.
Pero, ¿qué es ser mediocre? Para el filósofo Santiago Kovadloff, "el mediocre es alguien que está resignado a su concepción de las cosas. La forma es la jactancia: la idea de que el saber que tiene es suficiente. No hay nada nuevo que aprender".
También, para Kovadloff la persona mediocre es conservadora. "Lo rodea cierto dogmatismo. No está dispuesto a que la realidad exceda lo que ya sabe. Necesita adaptar lo real a sus propias nociones de realidad."
Por lo tanto, para el ensayista esto se traduce en una clara falta de imaginación, ya que se prefiere el lugar común en vez de lo inesperado.
"Una persona es mediocre cuando sabe que está haciendo mal su trabajo y no hace nada para cambiar. No le importa mejorar. No tiene actitud ni aptitud para el puesto", evalúa Bernardo Hidalgo, presidente del Grupo Hidalgo, consultores en RR.HH.
La mediocridad en el negocio es mantenerse alejado de resultados que alcancen los niveles de expectativa de la compañía. "De eso no se habla. Es algo que sucede en todas las empresas y se tolera", dice Francisco Quintal Velasco, director general de la consultora mexicana Paradigmshift, que realizó estudios sobre el tema.
Mi jefe es uno de ellos
¿Qué síntomas revelan que un jefe porta el tan temido virus? En primer lugar no comparte información con su equipo de trabajo. En realidad, trata de no formar equipos. Delega lo menos posible para poder atribuirse los éxitos. ¿Habla todo el tiempo en primera persona? No hay dudas, es uno de ellos.
Por otro lado genera alta rotación para no perder poder. No se interesa en involucrar y comprometer a su gente en los valores y objetivos de la empresa. En definitiva, por miedo o mezquindad, no deja crecer a los que tiene al lado.
"Me voy de la empresa porque mi jefe no me da un feedback de mi trabajo." Es la principal razón que escucha Isidoro Felcman, socio del Centro de Excelencia Organizacional (CEO) de la consultora Mercer, cuando realiza entrevistas de salida de empleados que deciden renunciar.
¿Qué es dar feedback? Cuando los jefes evalúan con los empleados el desempeño, pautan correcciones y destacan las fortalezas. "Muchos jefes tienen miedo de enfrentar a sus empleados para decirles qué está bien y qué está mal", señala.
Sobre el tema, Quintal Velasco apunta: "No se preocupan por hacer que trabajen mejor. Tampoco se toman el tiempo para demostrarle al empleado que su trabajo es defectuoso. Entonces, los jefes subsidian la mediocridad".
Según fuentes, los jefes delegan en la gente de RR.HH. dar buenas o malas noticias a su propio personal. De esta manera evitan enfrentarse con sus subalternos. "A los jefes les da miedo despedir personas. Por eso se genera un circulo vicioso donde nadie hace nada para romperlo, creado por la permisividad de los jefes sobre los empleados mediocres", dispara el especialista mexicano.
También, un líder que tiene el bacilo en su organismo duda al reclutar nuevos talentos, posibles competidores. Para eso pone algunas excusas: "No veo que tenga la cultura de la empresa"; "este pibe no se va a arremangar". Pero en voz baja piensan: "Yo no voy a capacitar a una persona que en el futuro me puede sacar el puesto".
Nivelar hacia abajo
El problema de estos líderes es que contagian y generan el mismo nivel de mediocridad hacia abajo de la pirámide.
Los empleados no están exentos de ser víctimas del virus. Uno de los primeros síntomas son las excusas: al llegar tarde a la oficina, al no terminar el trabajo o por no alcanzar los objetivos. Siempre habrá un familiar enfermo, un tren que no salió a tiempo o un sistema que colapsó. Lo importante es tener siempre un as debajo de la manga.
El conformismo es otra marca registrada del mediocre: "Yo hago mi trabajo y listo". Los desafíos los mira con desconfianza. También se destaca por la falta de compañerismo, guardando para sí información valiosa, y por la queja de todo, pero sin aportar soluciones.
En Nextel atacan la dificultad, en primer lugar, con evaluaciones anuales de desempeño. "Ponemos mucho énfasis en la devolución. Si un empleado requiere de una mejora, su jefe tendrá que establecer un plan de desarrollo con puntos mínimos de eficiencia. De esta manera se acompañará el progreso y a los seis meses se realizará otra evaluación", detalla Gustavo Torrico, director de RR.HH. de la firma.
"Lo importante es hacer un diagnóstico, descubrir las necesidades de la empresa y luego elaborar un plan de acción con las herramientas adecuadas", dice Florencia Caccavo, directora de Selección Business Line de Adecco.
Ante líderes que tienen actitudes individualistas, que no arman cuadros de reemplazo, Caccavo recomienda: "Lo primero es elaborar una encuesta de clima, para ver qué pasa. Después es importante el coaching y la capacitación para hacerle entender la importancia del equipo de trabajo. Porque el trabajo de un líder se ve a través de su gente: si está motivada, si tiene objetivos. No ver esta realidad es una forma de mediocridad".
La firma Hexacta, de consultoría y desarrollo de software, añadió a las evaluaciones anuales y por proyectos el programa de mentores: "Cada empleado tiene un mentor que se encarga de realizar reuniones y evaluaciones periódicas. Esto permite reforzar el feedback con el personal y proporcionar una mejora en su desempeño", apunta Fabio Gasparri, socio de la compañía.
El mentor se encarga de acompañar el desarrollo del empleado en la empresa. Es una figura de experiencia que sirve de gran ayuda, sobre todo para los recién iniciados. Despeja dudas e inquietudes más allá de la tarea específica.
Para impedir que el germen de la mediocridad se expanda en todo el organismo de la empresa es necesario frenarlo a tiempo. Cuidado: es invisible y trabaja en silencio. Y poco a poco gana cada vez más adeptos.
Decía un tiempo atrás Oscar Puiggrós en un artículo periodístico en La Nación, que “El mediocre rechaza el diálogo, no se atreve a confrontar con el que piensa distinto. Esa es una de sus características: es fundamentalmente inseguro y busca excusas que siempre se apoyan en la descalificación del otro. Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos. Esta es una actitud fundamentalista, que lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad. Quienes piensan y actúan así integran una comunidad enferma y, más grave aún, la dirigen o pretenden hacerlo”.

Lamentablemente, cualquier semejanza con nuestra realidad, no es mera coincidencia

sábado, 20 de febrero de 2010

Las buenas practicas en educación



Comenzare siguiendo a Miguel Calvillo diciendo que las buenas practicas en educación pueden encontrase en todos los aspectos de la vida escolar (organización escolar, estructura del currículo, actividades, evaluación, …) y todas las dimensiones (generales, particulares y especificas). Ahora bien, este concepto de buenas practicas es el ideal de quienes estamos en las escuelas todos los días buscando caminos para lograr resultados que permitan los cambios necesarios para una mejor educación de nuestros estudiantes. Este camino es un proceso continuo de búsqueda de estrategias que permitan acercar el conocimiento científico a la realidad de la comunidad estudiantil, además de fomentar valores humanos en tiempos de disvalores.
Por otra parte entender que las buenas practicas en educación se encuentran en pequeñas experiencias con resultados muy positivos que a veces no se conocen y que serian de gran beneficio para otros docentes.
De tal manera aquí es importante entender las nuevas funciones que cumple la educación en el marco de una sociedad del conocimiento, comprendiendo la complejidad de la realidad económica y social en la que esta inserta una comunidad educativa. Isabelino Siede dice que la escuela esta atravesada por múltiples sentidos y propósitos, pero los que dieron origen y eficacia al sistema educativo hoy son insostenibles. También plantea que reemplazarlos por nuevas convicciones es un desafío complejo, pero puede ser creativo y apasionante; la pedagogía, como la ética y la política, hunden sus raíces en las practicas sociales, a las cuales intentan interpretar y sobre las cuales tratan de intervenir.
Por lo tanto revisar e innovar en nuevas practicas educativas es un camino de reconstrucción y validación de las convicciones en las cuales se sustentan la nueva escuela.
En vísperas de los cambios en las políticas educativas Nacionales y Provinciales, se hace imprescindible contar con espacios de intercambio sobre buenas practicas en todos los niveles, experiencias y proyectos que generen discusiones y análisis sobre que estudiante tenemos y queremos, los contenidos, las relaciones, los malestares, las culturas juveniles, las políticas educativas, la sociedad, etc.
La búsqueda de una buena educación y de la equidad social son fines trascendentes que comparten sectores amplios de nuestras sociedades.
En este sentido es conveniente tener en cuenta los diferentes campos de interés intelectual, entre los que se encuentran los siguientes:
Calidad educativa
Equidad social
Administración escolar y organización de los sistemas de educación
Evaluación de los aprendizajes
Mecanismos novedosos de financiamiento
Formación de docentes
Uso eficaz de las tecnologías de la información y la comunicación
Programas no formales de inclusión social.
Relacionar la palabra CALIDAD con buena educación es una concepto de importante análisis a la hora de pensar en buenas practicas educativas, sumadas a otras que sustentas las leyes de educación como EQUIDAD, INCLUSION, IGUALDAD DE OPORUNIDADES, etc.
De este modo es imprescindible fomentar la cultura de la innovación para generar buenas practicas educativas en el marco de una escuela compleja y dinámica, que viene seguida de una sociedad que demanda mayores exigencias a la hora de relacionar la educación con el mundo del trabajo, sin dejar de lado los valores que son en definitiva el sustento y la esencia del ser humano.
Por lo antes dicho, las experiencias en buenas practicas son la semilla de los cambios posibles que pueden ser socializados a todo el sistema educativo.
Desde mi experiencia personal puedo cita la implementación de los CAJ desde el año 2001 y el proyecto Escuela para Jóvenes con experiencias significativas de buenas practicas que hoy son resurgidas con la reorganización curricular que se implementara en la escuela media, ente otros que he llevado a cabo a los largo de mis 20 años de experiencia docente y trabajo, no solo en las aulas, administración y gobiernos de las escuelas, sino también en aquellas practicas no formal pero que permitían que los jóvenes vuelvan a la escuela.
En este sentido las buenas practicas pueden interpretarse como una elemento de un concepto inclusivo y de alto impacto compresivo.
A modo de conclusión quiero aportar mi granito de arena, convencido del rol que desempeño como docente de la provincia de Córdoba.
Atte.
Prof. Alejandro Oscar Cantón